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Europa, el oasis después del desierto

  • Foto del escritor: Problematica MENA
    Problematica MENA
  • 27 may 2019
  • 11 Min. de lectura

SANDRA ARTUÑEDO, YAEL CARRASCO, PAULA LÓPEZ

Los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) se encuentran en el punto de mira del panorama social actual. Ante la llegada masiva de estos menores la DGAIA no tiene recursos suficientes para atender. El racismo crece en las calles, y el sinhogarismo es la nueva tendencia. Educadores, afectados y expertos critican esta gestión.


  • Habían salido de Marruecos. Eran seis niños y todos habían pagado por ello. No. A cambio no tenían el viaje entero, simplemente les alejaban de las costas marroquíes. Ahí en medio dejarían a (A) a su suerte en una barca hinchable con seis remos. Uno para cada uno. A remar. Y tanto que remaron. Remaban y vomitaban. Vomitaban y remaban. Sin agua. Sin rumbo. Los que los dejaron ahí les dijeron que tenían que seguir recto. Se apresuraban. Pero el temblor de sus manos hizo que se dejaran por el camino cuatro remos. Ya solo les quedaban dos. Vomitaban y lloraban. Sabían que iban a morir. Dejaron de remar. [...] -Safia Elaadam


Actualmente, en España se encuentran 11.000 MENA, un acrónimo que, como en el caso de (A), recoge a los Menores Extranjeros No Acompañados. Para este 2019 se prevén 6.000 más, de los cuales 600 ya han llegado a las costas catalanas. La cuestión principal ¿Tenemos recursos para atender? La respuesta:

La DGAIA no tiene la preparación necesaria y esto es porque se está trabajando desde la emergencia y no desde la prevención. No piensan en los 5.000 jóvenes que ya hay, únicamente se fijan en los que van a cumplir la mayoría de edad porque equivalen a más espacio en los centros. Si el 15% ya está viviendo en la calle de los 6.000 que lleguen el 100% de ellos también estará sin hogar”, declara Giyaur Rahman, presidente de Unió de Joves Extutelats de Catalunya (UJEC) y extutelado.

 

Giyaur Rahman, presidente de UJEC. SANDRA ARTUÑEDO

Desde el interior de los centros la visión continúa siendo la misma: negativa. Patricia Peguero, educadora social del CRAE María Assumpta denuncia la situación actual: “Un proyecto educativo no puede crearse de la noche a la mañana y una casa de colonias no es un centro, es un almacenaje de menores” y añade “la DGAIA debería hacer un mayor control o como mínimo tener claro qué está fallando.”

Cinco jóvenes se reúnen el 14 de marzo en la Plaça Sant Jaume, con un megáfono y mucho que decir. Todos vienen de Marruecos, todos han sido (A).  Son Lamiae, Redouan, Iman El Addid, Sumon Uddin y Abid Moussafir, impulsores del colectivo Ex-Menas, una asociación de jóvenes migrantes extutelados con el objetivo de ayudar a las nuevas llegadas y de reclamar a la Generalitat unas condiciones dignas, bajo el lema "Fora el racisme dels nostres barris i pobles".


Cien vecinos se reúnen en el municipio de Castelldefels. Plataforma Castelldefels amb les Persones Refugiades convoca una concentración con dos grandes bandos separados por un cordón policial humano. Por un lado, los vecinos indignados por las agresiones cometidas en el centro, quienes vociferaban: “fuera fascistas de nuestros barrios”. En el otro, los autores del asalto a un centro de menores de Castelldefels el pasado 9 de marzo, al grito de “fuera de aquí”. Presidiendo la manifestación: el colectivo Ex-menas, con una pancarta y un manifiesto. Una de las representantes pide entre lágrimas una tregua por los acontecimientos anteriores. Como respuesta recibe los gritos de la muchedumbre.



ORÍGENES Y CONFLICTO ACTUAL

La mediatización de la crisis catalana de los MENA se remonta a años atrás. “Ya en el 2000, hubo un boom de MENA más fuerte que el actual pero entonces no era notícia”, explica Nuria Trinidad, educadora del centro de primera acogida CODA. En 2016, comienza este segundo “boom” con las llegadas masivas de menores. Ya en 2017, la Dirección General de Atención a la Infancia y la Familia (DGAIA) se veía desbordada y sin medios para atender la situación. En septiembre de 2017, 16 menores dormían en colchonetas y en condiciones de hacinamiento en las comisarías de Ciutat Vella.  Elisenda Colell, periodista en El Periódico declara que “fueron los propios Mossos los que tomaron las fotografías y nos las pasaron a la prensa, denunciando la situación. Para informar siempre es necesaria ayuda y ellos confiaron en nosotros.” Algo que parece muy simple, pero no lo es tanto. Patricia Peguero afirma que todavía “hay miedo a denunciar la falta de recursos porque a la DGAIA no le interesa. Si hablas, te echan y nadie quiere dar la cara en esas situaciones.”


Durante los últimos meses, los MENA, se han convertido en el tema estrella del periodismo social. Cada vez son más las noticias que traspasan la pantalla informando sobre distintos sucesos. El pasado 5 de marzo un hombre entró armado con un machete en un centro de menores en Canet de Mar, días más tarde el 9 de marzo se produjo un segundo asalto en un centro de Castelldefels. Elisenda Colell, titulaba en El Periódico “Tres heridos en el asalto a un centro de menores extranjeros en Castelldefels”. A lo que denuncia: “Ni el racismo lo puede tapar todo, ni la falta de recursos y mala gestión por parte de la Generalitat justifica que se tengan que cometer delitos de agresión.”


Elisenda Colell, periodista en El Periódico. SANDRA ARTUÑEDO

  • Lloraban. Una barquita en medio de un mar que se come a las personas. Un cementerio para los que huyen. (A.) pensaba en su familia. En el dinero que había pagado por tercera vez. Pensó en la primera vez cuando le pilló la policía marroquí y lo reventó. Hostias y puñetazos mientras le preguntan por qué. Por qué se iba del país. Menuda pregunta. Patadas y palazos hasta quedar inconsciente. (A.) De nuevo en una barca. Junto a ellos una mujer a punto de dar a luz. Arriesgando su vida y la de su hijo. Vida infernal si se queda en su país de origen. No es lo que quiere para su hijo. Y se viste de valentía y lucha por los dos. Son descubiertos por la policía marroquí. (A.) pensaba que por lo menos a ella no le pegarían. Ingenuo. [...] -Safia Elaadam


(A) no fue el único en recibir hostias y palazos. Los actos racistas han ido en aumento, las fuerzas de la ultraderecha y el radicalismo han fomentado la expansión del odio y la xenofobia de algunos sectores de la población. Cada vez son más las manifestaciones y los discursos racistas bajo el pretexto del miedo. “Hay que diferenciar si todas las quejas son realmente por miedo o bien porque la gente es racista y se suma al carro. Se junta todo. Estamos en plena campaña electoral y eso se está utilizando”, declara Patricia Peguero. Fatu, representante d'Unitat contra el Feixisme i el Racisme, también denuncia la situación. 



Los Menores Extranjeros No Acompañados, han sido uno de los principales perjudicados. “Existe una falta de concienciación sobre el tema. La mayoría de la población no conoce sobre estos jóvenes más allá de los actos vandálicos.” denuncia Ramia Chaoui, comunicadora, youtuber y activista.



La integración de los MENA es otro de los temas por los que la Generalitat ha sido señalada. “Las limitaciones vienen impuestas por parte de la sociedad que no cree que un perfil así pueda ser beneficioso. Se les ve como un estorbo, un problema en las calles y sobre todo un problema económico. Si se pudiera dar una integración real, estos chicos acabarían devolviendo más de lo que se ha invertidos en ellos porque tienen muchas capacidades”, defiende Carolina Pons, educadora social de Bayt Al-Thaqafa. Ante esta problemática Nuria Trinidad añade “Barcelona está llena de chavales, consumiendo, robando, malviviendo pero no porque ellos hayan venido a hacer eso, sino porque los centros de acogida están llenos”.


Nuria Trinidad, educadora del centro de primera acogida CODA. SANDRA ARTUÑEDO

PERMISO DE RESIDENCIA

Los menores se encuentran con obstáculos para conseguir los permisos de residencia y trabajo. El permiso de residencia les permite residir legalmente, pero no trabajar, para ello es necesario el permiso de trabajo. Para obtenerlo deben incorporarse en el mundo laboral con un contrato de 40 horas semanales durante un año. “La mayor dificultad se encuentra en las pocas empresas que ofrecen esa oportunidad a los jóvenes. Económicamente es algo que a los empresarios no les sale rentable, aunque algunos de ellos intentan echar un cable a los MENA.” afirma Giyaur Rahman.


Además de estas dificultades se añade la duración del permiso de residencia que caduca a los 5 años y como condición para renovarlo es necesario un permiso de trabajo. “Cuando llegan a la mayoría de edad no tienen permiso de trabajo y con el permiso de residencia no pueden trabajar. El permiso caduca a los 5 años y no pueden renovar los papeles porque no trabajas. De mientras, ¿de qué viven?, ¿del aire?”, denuncia Ramia Chaoui.


El Síndic de Greuges de Catalunya, organización que atiende a las quejas de aquellos que se encuentran desprotegidos ante la actuación de la administración catalana, ha realizado un informe sobre la situación de los menores migrantes sin referentes familiares en Cataluña, en el que ha descubierto que varios menores bajo la tutela de la DGAIA continúan sin tener permiso de residencia. La barrera lingüística es uno de los principales problemas a resolver para poder garantizar una buena inserción y para ello es necesaria la escolarización. “Conseguir una escolarización cotidiana es mucho más costoso. Con el permiso de residencia sería mucho más sencillo, pero, como es un proceso lento, nosotros intentamos tramitarlo con el número del NIE (Número de Identificación de Extranjeros), que es más rápido, y esto nos permite jugar un poco y que al menos puedan apuntarse a un PFI”, explica Nuria Trinidad.


Nuria Trinidad durante la entrevista con Sandra Artuñedo. YAEL CARRASCO

DESPUÉS DE LOS 18 ¿QUÉ?

Solo en Catalunya este año 1.100 menores inmigrantes tutelados por la Generalitat van a cumplir los 18 años, según datos de la Conselleria d'Afers Socials, situación que provoca dos grandes cambios; empiezan a ser los únicos responsables de sus actos.


Desde la visión educacional Patricia Peguero, educadora del CRAE María Assumpta responde: “Parece que hasta que no cumplen los 18 no pueden asumir la importancia de sus actos y eso no es un problema de la inmigración, es un problema de Justicia”, y recalca: “Así únicamente estamos desempoderando a nuestros menores. Les estamos agilipollando”. En segundo lugar, el cambio más significativo: cuando un menor cumple la mayoría de edad debe abandonar el centro por orden de la DGAIA. Ante esta situación de sinhogarismo cada vez son más los Menores Extranjeros No Acompañados que están falsificando su documentación para continuar residiendo. “En mi centro y en la gran mayoría acogemos a chavales, pero estos chicos tienen 20 y pico años. Falsifican los papeles y la ley declara que se debe proteger al menor, y a ojos de la ley son menores.” cuenta Nuria Trinidad educadora del centro CODA. De esta forma, se dificulta la posibilidad de plazas libres en los centros y se recurre al uso de lugares de ocio como casas de colonias que se convierten en hacinamiento, donde el proceso de reinserción se ve limitado a proporcionar techo y comida. “Un compañero me comentaba que en su centro los MENA se veían obligados a pasar el día fuera, solo venían a dormir y a comer porque no cabían”, denuncia Patricia Peguero. Mientras la DGAIA no actúe con nuevas propuestas, la situación actual es “un pez que se muerde la cola”, afirma Ramia Chaoui, activista, youtuber y comunicadora.


Ramia Chaoui, activista y comunicadora. SANDRA ARTUÑEDO

Ante esta situación desbordante, la Generalitat ha decidido proponer nuevas vías, además del uso de espacios lúdicos como centros. Así la DGAIA proponía otra nueva medida: el uso de familias de acogida. El año pasado, Carlos Márquez titulaba en El Periódico  “El Govern probará con 15 familias la acogida de menores no acompañados” donde explicaba la prueba piloto que ponía en marcha la Generalitat y que actualmente no se ha desarrollado con gran éxito. Por otra parte, “La DGAIA ha decidido alargar el proceso y dejar a los jóvenes vivir en el centro hasta los 19 años hasta que consigan un piso”, nos cuenta Giyaur Rahman, presidente de la UJEC.



No obstante, esta orden de alargamiento no la cumplen todos los centros. Existen centros de gestión pública y centros de gestión privada. Los públicos, dirigidos por la DGAIA, acostumbran a llevar a cabo dicha orden, en cambio, los privados, que únicamente reciben pequeñas ayudas por parte del govern, crean su propia gestión. En el caso de los centros privados, son los únicos responsables de decidir si alargar o no la medida de acogida de estos menores, esta acción genera algunas críticas al respecto. Giyaur Rahman, presidente de la UJEC define los centros privados como negocios: “A estos centros únicamente les importa la mercancía: los menores. Solo buscan dinero y hacer negocio. Cuando un menor cumple los 18 es expulsado del centro. La plaza es ocupada por otro menor, lo que se resume en más dinero para el centro.”


Un ejemplo de ello es Omar. Hace diez meses que llegó a Barcelona desde Argelia. El día de su dieciocho cumpleaños fue expulsado del centro. Estuvo un mes viviendo en la calle y después pasó a un centro de acogida: María Freixes en la Zona Franca. Fue el primer centro especial para jóvenes sin hogar de entre 18 y 21 años. Según el centro María Freixes,  se detectó un aumento del 30% en jóvenes acogidos. “El sinhogarismo tiene unas causas y tenemos que entender qué ocurre con los sistemas de protección”, afirma Laia Ortiz, teniente alcalde de Derechos Sociales. Y añade: “La DGAIA no hace un seguimiento de los jóvenes ex tutelados como es debido”.


Muchos de los menores acaban durmiendo en la calle. Una vez fuera del centro están desprotegidos, se encuentran sin recursos y sin ayudas. Recurren a la violencia y a cometer hurtos. Cabe destacar, que este estereotipo no es aplicable a todos los Menores Extranjeros No Acompañados, no se debe generalizar. Según datos de los Mossos D’esquadra: “el 82% de los MENA nunca ha delinquido”. Giyaur Rahman asegura: “ Los que llegan a delinquir es porque se encuentran en una situación horrible: se enfrentan a vivir en la calle, no comer, no dormir, pasar frío continuamente, aguantar miradas y prejuicios de la gente… Este porcentaje viene derivado porque no hay recursos suficientes. Lo que intentan hacer es refugiarse y algunos utilizan la violencia o el robo para ello.” Patricia Peguero como educadora también ayuda a desmentir este estigma, asegura que “en los centros se viven situaciones problemáticas pero con MENA y no MENA. Los educadores somos vulnerables.” Sin ir más lejos Patricia sufrió una agresión “hace un mes que estoy de baja porque un chaval me rompió la nariz”.




EL SUEÑO EUROPEO

Son 6.000 los MENA que están, actualmente, llegando a las costas. Huyendo de Mohamed VI, un rey que amenaza con cooperar en la devolución de los migrantes hacia su país. Y estos niños prefieren huir tirándose al vacío y sin familia en busca de una nueva oportunidad, porque les han contado que Europa era el oasis después del desierto. El problema: se trata de un oasis sin agua.


Nuria Trinidad, educadora del centro de primera acogida CODA,  ha vivido en primera persona las experiencias de estos menores. “Se llevan una hostia cuando llegan a España porque se piensan que aquí lo tendrán todo.”  Y añade: “Un chaval me preguntó: ¿Por qué no nos compráis un móvil?. Aquí la vida no es tan fácil como piensan”. “Son chicos con 15 o 16 años, yo a su edad lo más importante para mí era llevar las zapatillas de moda y para ellos igual”, concluye.


Tras el desencanto, no todos los jóvenes que llegan a España se quedan. “Un chico vino con una idea muy idílica sobre lo que se hacía en el centro. Yo no dude en explicarle la realidad. Su padre se lo llevó otra vez a Marruecos.” declara Nuria Trinidad. Un pequeño porcentaje vuelve a su país de origen pero la gran mayoría continúa buscando agua en el oasis.


  • [A.] abre los ojos y rema con todas sus fuerzas. Jura y perjura que a la tercera va la vencida. Y rema. Rema mientras vomita y se le corta la respiración. Ni agua ni inhaladores ni oxígeno. [A.] es asmático y notaba que la cara y los pulmones le iban a explotar.  A lo lejos veían algo. Algo blanco un poco borroso. Pensaban que estaban alucinando. Pero no. Se acercaba un barco español. Empezaron a llorar y a gritar. Al día siguiente se despertaron en Algeciras. Ya han pasado por lo más terrible que uno puede pasar. Y hoy, seguimos luchando para que no se encuentren con más obstáculos por el camino. Hagámoslo fácil. Colaboremos. Ayudemos. Entendamos. Empaticemos.  -Safia Eladdam



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